09 octubre 2012

Dionisio Ridruejo, luchador por nuestra democracia

Los grandes personajes de la Historia me provocan pereza. Sin embargo, aquellos que pasan desapercibidos en los titulares siempre han despertado mi interés. Y si pertenecen al grupo de los perdedores, ya ni te cuento. Así que cuando me aproximé a la figura de Dionisio Ridruejo di con un filón. Es de esos tipos que pierden hasta cuando ganan.
Ridruejo fue uno de los jerarcas de la Falange, incluso participó en la composición del Cara al Sol. Durante nuestra guerra incivil, en Burgos, conformó un equipo de propaganda que luego fue clave en el transcurso de su vida. Pero en seguida, algo empezó a torcerse para él en aquella España fracturada. Tal vez todo comenzó cuando le impidieron difundir sus panfletos en catalán mientras las tropas nacionales entraban en Barcelona. Porque no podía haber más lengua que la del Imperio. O tal vez su experiencia en la División Azul como soldado raso le marcó intensamente. A buen seguro, un poco de todo.
A su vuelta de Rusia, Ridruejo renuncia a todos sus cargos -en la Falange no se dimite- y lo hace por escrito ante el Jefe Nacional ¡con un par! Así que Dionisio le envía una carta a Franco poniéndole como chupa de dómine. Que si ha traicionado la revolución pendiente, que si ha montado un tinglado para beneficiar a los de siempre... Sabe donde pisa, pero no se le puede negar el valor.
Y en ese preciso instante, comienza su travesía del desierto. Jamás ocultó su pasado. Siempre fue fiel a si mismo y supo evolucionar sin traicionar su propio yo. Porque el Ridruejo que defendió el fascismo murió luchando por una España democrática. Él mismo afirma que aquello no fue una caída del caballo, sino una transición ideológica.
Protagonista de las primeras revueltas universitarias de 1956 -en las que participaron los jóvenes Javier Pradera y Fernado Sánchez Dragó, con Jorge Semprum como director de orquesta en la sombra- o en el Contubernio de Munich de 1962. Así denominó el Régimen a aquella reunión de las fuerzas opositoras para desprestigiarlas. Qué paradoja: quien soñó en su juventud con legiones azules, al final forma parte de una contubernia. Impulsor de publicaciones clandestinas, de asociaciones políticas que promovían la democracia allá por los sesenta, encarcelado, exiliado... Su figura está ahí para quien quiera acercarse a ella.
Existe, también, un Ridruejo poeta, pero ese a mí me atrae menos. Demasiado Garcilaso para mi gusto. Yo soy del Ridruejo luchador por las libertades.

Ridruejo murió el 29 de junio de 1975. Así que, como Moises, no pudo ver la tierra prometida a la que le dedicó tantos esfuerzos. Sirvan estas palabras como homenaje a su figura tres días antes de que se cumpla el centenario de su nacimiento.

P.S. Quienes piensan que la Transición española fue timorata, debieran dedicar unos minutos, solo unos minutitos, a investigar la figura de hombres como Dionisio Ridruejo. Les aportaría la indispensable perspectiva de la que tanto habló Ortega.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yuyu, mucho yuyu.
Mucha gente en las cunetas por gente como este señor. Yuyu, mucho yuyu.

Unknown dijo...

Querido Fran, sólo la palabra fascismo me produce escalofríos. Descubrí el nazismo siendo muy joven: unos libros llegados clandestinamente desde Méjico me pusieron ante los ojos todo el horror del holocausto. Estuve enferma con náuseas, vómitos y descomposición unos días a causa de toda aquella locura. Después y poco a poco se fue descubriendo los crímenes atroces que la Dictadura continuó perpetrando aquí como la del robo y venta de bebés.
En la actualidad estamos viviendo una situación en la que bajo el pretexto de la crisis económica se nos retrotrae a tiempos que preferiría olvidar.
Hay muchas heridas abiertas aún y demasiadas preguntas sin respuestas.
Hace tiempo que empecé a ver los oscuros de nuestra Transición. He llegado a la conclusión de quecualquier sistema político fundamentado en el miedo (y en el 75 todo el mundo lo tenía) no puede desarrollarse bien.
Ahora nos quieren hacer creer que la democracia es votar cada 4 años y vemos como personajes públicos dicen barbaridades como: las leyes como las mujeres están para violarlas. Este juez es un pijo ácrata y que no debemos tener en cuenta a los que salen a la calle sino a los que se quedan en casa o que para ir bien hay que bombardear Barcelona cada 50 años.
Personalmente estoy absolutamente horrorizada. No era esto lo que algunos esperábamos para nuestros hijos y nietos. La Sanidad y la Educación se desmantelan poco a poco con el pretexto del ahorro. El estado del bienestar se está desmoronando ante nuestros ojos sacrificados a la dictadura de los mercados. ¿Dónde está la democracia?
En cuanto a Ridruejo solo de imaginarle con camisa azul brazo en alto me produce pavor.
Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Uno de los escritores del siglo XX más injustamente olvidados. Lo tengo en cartera para el club de lectura.

una anomalía española dijo...

Todo parece indicar que el Régimen se hunde como empresa aunque se sostenga como “tinglado”.
Dionisio Ridruejo, Carta a Franco, 7 de julio de 1942