29 enero 2011

La libertad exige acampar en el Magreb

¿Es la vieja Europa un obstáculo para los aires de libertad que sacuden los cimientos del norte de África? ¿Favorecerán los Estados Unidos los procesos democráticos que están surgiendo allí donde nadie pudo intuirlo?¿Rolarán esos vientos hacia el oeste del continente? ¿Conservarán su identidad popular frente a los intentos de instrumentalización teocrática? ¿Qué papel está desempeñando Internet en este nuevo modelo de revolución social?
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Son demasiadas incógnitas. He visto caer un imperio que subyugaba los derechos más básicos de cientos de millones de personas y sé que todo puede suceder cuando los pueblos reclaman pan y libertad. Es mi única certeza. Pero nada de lo que ha sucedido hasta hoy nos sirve como oráculo para el futuro. Por eso mismo, vivir es tan apasionante.
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Actualización del 31 de enero
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Hoy, el editorialista de EL PAÍS intenta responder a la primera de las cuestiones que planteé en este post, algo que le agradezco sinceramente. Leer Vergüenza europea
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Y en las mismas páginas, Abdellatif Laâbi -a quien sigo desde hace años- nos indica que es posible que algunos, tal vez la inmensa mayoría, deseen que ciertos vientos soplen hacia el oeste. Leer ¿Y Marruecos?

1 comentario:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Y vivir con los ojos bien abiertos. Qué apasionante lo que está ocurriendo.