15 noviembre 2010

Dolor y... esperanza

Hoy, el conjunto de la población española está tremendamente sensibilizada por los dramáticos hechos que se suceden de manera vertiginosa en el Sáhara Occidental. Muy poca gente duda de que se están violando de manera sistemática los derechos humanos en ese territorio. Y la inmensa mayoría condena sin paliativos ese conjunto de atrocidades. Y no comprende la actitud de nuestro gobierno.
Porque puestos a comulgar con ruedas de molino, somos capaces de entender las razones del último gobierno de la dictadura para abandonar al pueblo saharaui a su suerte en el lejano 1975. Pero que un gobierno que sabemos que es democrático, se la coja con papel de fumar para evitar un conflicto diplomático con un vecino que se mea en la escalera delante de nuestras narices... nos resulta incomprensible; como una mala pesadilla.
Por eso mismo, esa reacción de mis conciudadanos de apoyo hacia el pueblo saharaui me despierta la esperanza ¿Ingenua? Tal vez. Pero hoy quiero creer que si España adopta una actitud de firmeza y repulsa contra las tropelías que ahora comete Marruecos de manera impune, serán muchos los paises de la Unión Europea los que nos apoyen en la defensa de nuestros intereses.

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