En la manifestación de noviembre a favor del derecho de
autodeterminación del pueblo saharaui intenté recabar el mayor número de
opiniones posibles sobre la verdadera situación de este pueblo; calle Atocha
arriba. Todos coincidían en un aspecto: estamos en la antesala de un momento
crucial. Es más, algunos aseguraban que el ansiado referéndum, tantas veces
pospuesto, se celebrará en 2013. Lamento no ser tan optimista, pero
determinados augurios no los celebraré hasta que no sean hechos consumados. Por
otro lado, creo que soy un observador que mantiene la distancia oportuna. Ni
muy lejos para no distinguir las sombras de las luces, ni muy cerca para que me
cieguen las segundas. Vamos, que gozo de esa perspectiva de la que tanto habló
Ortega. Así que me atreveré a abordar el meollo de la cuestión, aún a riesgo de
enfangarme.
Es indudable que algo realmente determinante puede estar
cociéndose en este preciso momento, y que afectará decisivamente al conjunto de
los saharauis. Podría enumerar diferentes acontecimientos que avalan esta
tesis, aunque creo que es mejor centrarnos en lo esencial. Desde mi punto de
vista, la reelección de Barack Obama ofrecerá una oportunidad irrepetible,
puesto que en este segundo mandato, el presidente estadounidense podrá avanzar
en algunas líneas de política exterior que en la legislatura anterior tan solo
dejó esbozadas. Pero ojo, Obama no es un semidios, así que sería conveniente
allanarle un poquito el camino. Ahora es el Polisario -como legítimo representante
del pueblo saharaui- quien está obligado a mover ficha ¿O alguien espera que
Marruecos modifique este statu quo
que tanto le beneficia? Pero antes, hay dos escollos que tendrán que ser
sorteados, y que decidirán el rumbo de este conflicto enquistado.
El primero, es el del modelo de Estado en el que
cristalizaría la República Árabe Democrática Saharaui. Hoy estamos muy lejos
del mundo que alumbró el panarabismo en el que bebieron los líderes
independentistas saharauis de finales de los sesenta. Y la esperanzadora
Primavera Árabe –ésta sí, muy cercana- se está convirtiendo en un gélido
invierno. Hay preguntas que a algunos les pueden parecer estúpidas, pero que es
necesario contestar de manera inequívoca ¿Existirá una clara separación de
poderes en ese nuevo Estado? Más aún, ¿Será un verdadero Estado laico, con
libertad de credo, igualdad de derechos para mujeres y hombres, y pluralidad
política? Estas dudas son comunes para el mundo árabe en su conjunto y no
pueden zanjarse de manera ambigua: Más aún por quien se encuentra en una
posición de debilidad ¿Quién apoyará a un pueblo que no tiene claro lo que hará
con su patria el día que pueda ejercer en ella sus derechos? Es cierto que
existen otros modelos. Que no podemos imponer el nuestro. Pero cuando la fuente
del derecho es la sharia y los barbudos apedrean a los impíos, la justicia ha
perdido su territorio. Creo que nada de ello sucederá en un Sáhara saharaui,
pero conviene a veces afirmar lo obvio.
El segundo escollo lo representa la posición que adoptarán
los saharauis ante la población de origen marroquí que ha nacido en el Sáhara.
En un conflicto que se dilata tanto en el tiempo, surgen este tipo de dramas
humanos. Ya no estamos en los ochenta. Ahora no se puede exigir a quienes se
sumaron a la Marcha Verde que vuelvan a sus casas, porque existe una realidad a
la que nadie puede volver la espalda sin cometer una nueva felonía. Al igual
que hay saharauis que jamás han pisado su patria, hay otros seres humanos que
han nacido y criado a sus hijos en esas tierras sobre las que se mantiene el
litigio, esa ya es su verdadera casa ¿Carecerán estos últimos del derecho de
ciudadanía en el nuevo Estado?
Para afrontar ambas decisiones es imprescindible un tipo de
audacia política que solo soy capaz de exponer con un ejemplo. El joven
Adolfito que encandilaba a las muchachas abulenses con su porte -y su camisa
azul- escaló hasta lo más alto de aquel tinglado que se llamaba Movimiento
Nacional. Por cierto, muy posiblemente charló con los saharauis que detentaban
el cargo de Procuradores en Cortes en la agonía del Régimen. Pero cuando fue
designado Presidente, Suárez abordó una titánica reforma política. Y allí surge
el verdadero líder. No el que toma el atajo de enfrentarse a los adversarios
para ser jaleado por los propios, sino el que legaliza el Partido Comunista
para que nuestra democracia reciba ese nombre con todo merecimiento. Sí, ya sé
que muchos revisionistas tildan aquel proceso de timorato ¡qué fácil es ser un
luchador por las libertades en la España del 2013!
Pero volvamos a donde lo dejamos Cuando se le ofrezca a
Mohamed Abdelaziz la oportunidad histórica de hablar ante el plenario de las
Naciones Unidas, ¿vestirá de camuflaje y nos contará una historia de ramitas de
olivo y pistolas, o será realmente valiente? ¿Estará dispuesto a poner todo su
capital político en juego, o preferirá interpretar el papel del mártir? Porque
la denuncia permanente de las violaciones de los derechos humanos que cometen,
día si y día también, las autoridades marroquíes en el territorio sahariano es
siempre necesaria… pero insuficiente. Y la acusación de las responsabilidades
de los gobiernos españoles, aún siendo cierta, no contribuye a concitar nuevas
adhesiones, tal vez todo lo contrario.
Si es cierto que abordamos un momento histórico, no lo es
menos que ese proceso exigirá acciones audaces, dolorosas, y difíciles de
explicar. Quienes exigen a la Comunidad Internacional que defienda los derechos
humanos y la legalidad tienen que ser también exigentes consigo mismos. No se
puede perder el potencial de una generación más en la inhóspita hamada de
Tinduf. Porque un conflicto político no puede ser ciego a los dramas
individuales, sino investirse con la fuerza de ese dolor. La política es un
instrumento al servicio de las personas, no al contrario. Así que me he
decidido a poner negro sobre blanco algunas cuestiones que me preocupan desde
tiempo atrás y contárselas a mis amigos. Tal vez no sea el tono adecuado, pero
la amistad perdona estos errores.
Publicado en el SHUKRAN 37
2 comentarios:
Yo creo que el año 2013 va a ser muy importante para el devenir del pueblo saharaui y el Sahara Occidental.En el 2012 han sucedido una serie de acontecimientos(indicios) que apuntan hacia el deseo claro de resolver el conflicto por parte de NN.UU y los USA.Ya lo dijo Christopher Ross en su reciente gira:"El status actual es inaceptable,insostenible y peligroso y los que lo defienden cometen un error grave de calculo".Blanco y en botella.En la mente de los americanos el pueblo saharaui,desesperado,que puede caer en brazos del islamismo yihadista si no se resuelve el conflicto de una manera justa.
Y en cuanto a tus temores,estoy seguro que el pueblo saharaui sabra tragarse los sapos una vez conseguido su objetivo,al fin y al cabo todos los pueblos que han logrado su libertad han tenido que pagar un precio muy caro.
Todavía no te enteraste de que una de las cláusulas de la proposición presentada por el Frente Polisario al Consejo de Seguridad concierne a los marroquíes que se han instalado en el Sáhara?
Se les concede la nacionalidad saharaui y todos los derechos de ciudadanía.
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