26 junio 2007

Seis vidas menos. Un motivo más

Seis soldados han muerto en un atentado en el Líbano. Su misión era defender la Paz. Tres habían nacido en España y los otros tres en Colombia, pero todos ellos pertenecían al mismo ejército. Este dramático hecho es una razón más para impulsar el proyecto de educación en el tiempo libre para la infancia y la juventud saharaui exiliada. Porque algunos creemos que la socialización de la cultura y la educación en valores es la mejor herramienta para combatir la intolerancia y la violencia. Y porque en los campamentos de la hamada jamás hemos visto jóvenes fanáticos empuñando armas y con los rostros embozados. Y no queremos verlos nunca.

Y en memoria de los seis jóvenes que han dado su vida defendiendo los mandatos de Naciones Unidas, unas palabras de Calderón, un veterano de los tercios de Flandes y Lombardía.

Oye y sabrás dónde estás:
ese ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más poética es del mundo,
en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace,
y sin mirar cómo nace,
se mira cómo procede.
Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo el soldado
tiene mayor calidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho,
no adorna el vestido al pecho,
que el pecho adorna al vestido.

5 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Cuánta sangre nos rodea, qué difícil la esperanza.

Francisco O. Campillo dijo...

Pedro, acabo de ver anochecer en el Atlántico. Estaba poniendo algunas cosas en orden desde un ciber y recibo tu mensaje. Tienes razón.
Yo no me atrevería a decir nada a las familias de esos seis jóvenes. Pero todos podemos hacer algo para que la próxima vez que los chacales intenten engrosar sus filas... lo tengan un poquito más difícil. Al menos eso creo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Allá va mi granito de arena. Y gracias por Calderón, Francisco.

Francisco O. Campillo dijo...

Pedro, como tú sabes mucho mejor que yo, los clásicos nos pertenecen a todos y es bueno conocerlos.
Elegí a Calderon porque él fue soldado, porque pocas veces se ha hecho un elogio tan acertado de la milicia, porque la semana pasada releí esos versos... y porque Miguel Ángel Aguilar los recordaba en EL PAÍS, a propósito del atentado, en su columna de este martes. Me gustó que fuese precisamente en EL PAÍS donde se pudiesen leer.
He preferido ese enfoque al de los inhibidores y el de responsabilidades, aunque haberlas, haylas.

Anónimo dijo...

Mi cariño para las familias de esos seis heroes