El “derecho
de autodeterminación” fue pisoteado en España de manera vergonzosa. Lo hicimos
un 14 de noviembre, en 1975, cuando entregamos la administración del Sáhara
Occidental a Marruecos y Mauritania. Aunque vivíamos sometidos bajo una dictadura,
y la ciudadanía es dudosamente responsable de aquella felonía, lo cierto es que
abandonamos a los saharauis inermes ante sus enemigos. Unos huyeron hacia
Tinduf. Tras dieciséis años de guerra y veintidós de alto el fuego, permanecen
en campamentos de refugiados esperando el ansiado referéndum. Otros se quedaron
en sus hogares, y muchos desafían pacíficamente a las autoridades ocupantes que
reprimen brutalmente cualquier tipo de manifestación. Ambas comunidades hoy
están separadas por un muro minado de más de 2.700 km . (el más largo
del planeta) protegido por 100.000 soldados marroquíes.
Y
lamentablemente, todos nuestros gobiernos han dado la espalda a las gentes de
la que fue la última colonia española. Es cierto que la sociedad ha estado muy
por encima de sus dirigentes. El acogimiento veraniego de esa infancia exiliada
es buena muestra de esta superioridad ética. Pero todo será insuficiente hasta que
el pueblo saharaui no pueda elegir de manera libre y democrática su futuro.
Para recordar esta obviedad recorreremos una vez más las calles de Madrid el 9
de noviembre ¿Una frivolidad? No para quienes creemos que las crisis sólo se
superan tras saldar todas las deudas.
Este artículo -con alguna ligera adaptación para que no chirríen los tiempos verbales, y otro par de ellas de las que no soy responsable- aparece hoy en EL PAÍS. Estoy agradecido, porque así mi opinión será leída por muchísimas más personas de las que visitan este diminuto blog. Aunque si hablásemos de calidad de lectores...
Fue una vileza. La cometió un gobierno dictatorial y patriotero y la han continuado gobiernos democráticos. Fue una vileza.
ResponderEliminarOlé la madre que te parió. Tu carta ha triunfado en FB, que lo sepas.
ResponderEliminarUn abrazo largo que dicen que son los mejores.
¡Hola Fran! Hace tiempo que no entro en los blogs pero he leido tu magnífica carta en "El País" y quería felicitarte; pero mucho mejor, si las "autoridades (in)competentes" te hicieran caso. Muchos besotes, M.
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