07 enero 2013

La última encrucijada saharaui


En la manifestación de noviembre a favor del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui intenté recabar el mayor número de opiniones posibles sobre la verdadera situación de este pueblo; calle Atocha arriba. Todos coincidían en un aspecto: estamos en la antesala de un momento crucial. Es más, algunos aseguraban que el ansiado referéndum, tantas veces pospuesto, se celebrará en 2013. Lamento no ser tan optimista, pero determinados augurios no los celebraré hasta que no sean hechos consumados. Por otro lado, creo que soy un observador que mantiene la distancia oportuna. Ni muy lejos para no distinguir las sombras de las luces, ni muy cerca para que me cieguen las segundas. Vamos, que gozo de esa perspectiva de la que tanto habló Ortega. Así que me atreveré a abordar el meollo de la cuestión, aún a riesgo de enfangarme.

Es indudable que algo realmente determinante puede estar cociéndose en este preciso momento, y que afectará decisivamente al conjunto de los saharauis. Podría enumerar diferentes acontecimientos que avalan esta tesis, aunque creo que es mejor centrarnos en lo esencial. Desde mi punto de vista, la reelección de Barack Obama ofrecerá una oportunidad irrepetible, puesto que en este segundo mandato, el presidente estadounidense podrá avanzar en algunas líneas de política exterior que en la legislatura anterior tan solo dejó esbozadas. Pero ojo, Obama no es un semidios, así que sería conveniente allanarle un poquito el camino. Ahora es el Polisario -como legítimo representante del pueblo saharaui- quien está obligado a mover ficha ¿O alguien espera que Marruecos modifique este statu quo que tanto le beneficia? Pero antes, hay dos escollos que tendrán que ser sorteados, y que decidirán el rumbo de este conflicto enquistado.

El primero, es el del modelo de Estado en el que cristalizaría la República Árabe Democrática Saharaui. Hoy estamos muy lejos del mundo que alumbró el panarabismo en el que bebieron los líderes independentistas saharauis de finales de los sesenta. Y la esperanzadora Primavera Árabe –ésta sí, muy cercana- se está convirtiendo en un gélido invierno. Hay preguntas que a algunos les pueden parecer estúpidas, pero que es necesario contestar de manera inequívoca ¿Existirá una clara separación de poderes en ese nuevo Estado? Más aún, ¿Será un verdadero Estado laico, con libertad de credo, igualdad de derechos para mujeres y hombres, y pluralidad política? Estas dudas son comunes para el mundo árabe en su conjunto y no pueden zanjarse de manera ambigua: Más aún por quien se encuentra en una posición de debilidad ¿Quién apoyará a un pueblo que no tiene claro lo que hará con su patria el día que pueda ejercer en ella sus derechos? Es cierto que existen otros modelos. Que no podemos imponer el nuestro. Pero cuando la fuente del derecho es la sharia y los barbudos apedrean a los impíos, la justicia ha perdido su territorio. Creo que nada de ello sucederá en un Sáhara saharaui, pero conviene a veces afirmar lo obvio. 

El segundo escollo lo representa la posición que adoptarán los saharauis ante la población de origen marroquí que ha nacido en el Sáhara. En un conflicto que se dilata tanto en el tiempo, surgen este tipo de dramas humanos. Ya no estamos en los ochenta. Ahora no se puede exigir a quienes se sumaron a la Marcha Verde que vuelvan a sus casas, porque existe una realidad a la que nadie puede volver la espalda sin cometer una nueva felonía. Al igual que hay saharauis que jamás han pisado su patria, hay otros seres humanos que han nacido y criado a sus hijos en esas tierras sobre las que se mantiene el litigio, esa ya es su verdadera casa ¿Carecerán estos últimos del derecho de ciudadanía en el nuevo Estado?

Para afrontar ambas decisiones es imprescindible un tipo de audacia política que solo soy capaz de exponer con un ejemplo. El joven Adolfito que encandilaba a las muchachas abulenses con su porte -y su camisa azul- escaló hasta lo más alto de aquel tinglado que se llamaba Movimiento Nacional. Por cierto, muy posiblemente charló con los saharauis que detentaban el cargo de Procuradores en Cortes en la agonía del Régimen. Pero cuando fue designado Presidente, Suárez abordó una titánica reforma política. Y allí surge el verdadero líder. No el que toma el atajo de enfrentarse a los adversarios para ser jaleado por los propios, sino el que legaliza el Partido Comunista para que nuestra democracia reciba ese nombre con todo merecimiento. Sí, ya sé que muchos revisionistas tildan aquel proceso de timorato ¡qué fácil es ser un luchador por las libertades en la España del 2013!

Pero volvamos a donde lo dejamos Cuando se le ofrezca a Mohamed Abdelaziz la oportunidad histórica de hablar ante el plenario de las Naciones Unidas, ¿vestirá de camuflaje y nos contará una historia de ramitas de olivo y pistolas, o será realmente valiente? ¿Estará dispuesto a poner todo su capital político en juego, o preferirá interpretar el papel del mártir? Porque la denuncia permanente de las violaciones de los derechos humanos que cometen, día si y día también, las autoridades marroquíes en el territorio sahariano es siempre necesaria… pero insuficiente. Y la acusación de las responsabilidades de los gobiernos españoles, aún siendo cierta, no contribuye a concitar nuevas adhesiones, tal vez todo lo contrario.

Si es cierto que abordamos un momento histórico, no lo es menos que ese proceso exigirá acciones audaces, dolorosas, y difíciles de explicar. Quienes exigen a la Comunidad Internacional que defienda los derechos humanos y la legalidad tienen que ser también exigentes consigo mismos. No se puede perder el potencial de una generación más en la inhóspita hamada de Tinduf. Porque un conflicto político no puede ser ciego a los dramas individuales, sino investirse con la fuerza de ese dolor. La política es un instrumento al servicio de las personas, no al contrario. Así que me he decidido a poner negro sobre blanco algunas cuestiones que me preocupan desde tiempo atrás y contárselas a mis amigos. Tal vez no sea el tono adecuado, pero la amistad perdona estos errores.

Publicado en el SHUKRAN 37

2 comentarios:

Miguel dijo...

Yo creo que el año 2013 va a ser muy importante para el devenir del pueblo saharaui y el Sahara Occidental.En el 2012 han sucedido una serie de acontecimientos(indicios) que apuntan hacia el deseo claro de resolver el conflicto por parte de NN.UU y los USA.Ya lo dijo Christopher Ross en su reciente gira:"El status actual es inaceptable,insostenible y peligroso y los que lo defienden cometen un error grave de calculo".Blanco y en botella.En la mente de los americanos el pueblo saharaui,desesperado,que puede caer en brazos del islamismo yihadista si no se resuelve el conflicto de una manera justa.
Y en cuanto a tus temores,estoy seguro que el pueblo saharaui sabra tragarse los sapos una vez conseguido su objetivo,al fin y al cabo todos los pueblos que han logrado su libertad han tenido que pagar un precio muy caro.

Anónimo dijo...

Todavía no te enteraste de que una de las cláusulas de la proposición presentada por el Frente Polisario al Consejo de Seguridad concierne a los marroquíes que se han instalado en el Sáhara?
Se les concede la nacionalidad saharaui y todos los derechos de ciudadanía.