22 septiembre 2012

Requiem por la Burgosfera

Caminando ha formado parte de tres agregadores de blogs, y hoy... de ninguno. Anteayer, Pedro Ojeda certificaba la defunción de la Burgosfera, y ayer mismo charlé con Blogofago -sin tilde- que me confirmaba el fallecimiento. Así que hoy, escribiré un obituario.


Una reunión de blogueros burgaleses alrededor de una cervezas -corría el lejano 28 de abril de 2007- hizo que nos pusiésemos cara y ojos quienes veníamos leyéndonos desde hacía algunos meses. De allí recuerdo dos hechos positivos: los libros que cada uno llevamos al BBB (Burgos Beers and Blogs) se sumaron al cargamento que luego conformó la biblioteca de Amgala, -campamentos de refugiados saharauis en Tinduf-, y aquel mismo día surgió el germen de la Burgosfera.

Así que el 2 de mayo ¡eso sí que es eficacia! nacía un nuevo agregador de blogs: Burgosfera 2.0 que siempre pretendió ser algo más. Y que para mí lo fue.

Al principio éramos muy poquitos, y algunos sumados con calzador, pero eso tampoco nos importaba mucho. Porque el conocimiento mutuo nos estimulaba y nos descubría maneras diferentes de expresarse. Quienes hemos vivido la andadura de la Burgosfera desde su nacimiento y acompañamos su crecimiento, descubrimos la diversidad de maneras originales que existen de construir un blog. Nos enriquecimos como personas.

Es muy posible que algunos pensasen que la edición de un blog de calidad les conduciría al éxito, o al menos, les permitiría vivir de ese esfuerzo. No fue así. Luego vimos morir algunas de aquellas bitácoras que llegaron a superar el centenar. De entre todas las pérdidas, la más dolorosa fue la muerte real de Manzacosas que nos sacudió a todos.

Finalmente, también se nos fue la Burgosfera. Confieso que no lo he sentido... al menos ahora. Ha sido como el fallecimiento de un ser querido con el que ya no podías hablar porque había perdido la memoria y no te reconocía. Solo espero que la Red sea leve con la Burgosfera 2.0.

1 comentario:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué placer conocer a tanta gente buena, querido Fran.