30 julio 2012

La reacción del movimiento solidario a favor del Sáhara

La medida que ha tomado el ministerio de Asuntos Exteriores (recordemos, aconsejar la repatriación de los cooperantes españoles en los campamentos de refugiados de Tinduf) ha provocado como reacción un viaje de 20 voluntarios a esos mismos campamentos; ver noticia.
Confieso sinceramente que ando algo confuso últimamente. Y puesto que ha pasado suficiente tiempo desde los acontecimientos, pondré un dato sobre la mesa, que no es ninguna novedad. Uno de los últimos secuestros de cooperantes españoles se produjo en Mauritania, en una zona fuera de todo control por parte de ningún tipo de autoridad. Los expedicionarios iban publicando en Internet las etapas que seguirían cada día. Vamos, que hasta el más imbécil de los terroristas de la zona sabía que aquello era pan comido. Y aluego, aluego vinieron las exigencias y el crujir de dientes. Por fortuna, todo finalizó felizmente para los cautivos... y con la faltriquera abultadita para los terroristas.
Ahora, el asunto es muy diferente, pero la opinión pública de nuestro país exige que se adopten medidas eficaces para dejar de engordar la hidra.
Si los responsables de la seguridad en los campamentos de Tinduf durante el secuestro de Ainhoa, Rossella y Enric no fueron cesados -algo que desconozco- si no se ha reforzado de manera eficaz el control de los viajes internos en los campamentos y el de los perímetros de acceso, etc. habría que replantearse algunos extremos. Y si lo anterior no fuese suficiente, debemos ser conscientes de que al sur de Tinduf se está abriendo una franja de superficie mayor a la de la península Ibérica en la que el yihadismo campa a sus anchas. No pretendo ser alarmista ni soy un agente pro-marroquí. Es una evidencia que cualquiera puede corroborar fácilmente. No podemos ser palmeros de nuestros amigos, y verdugos de quien no nos cae bien.
Los veinte cooperantes que viajarán a Tinduf, reconociendo ellos mismos que no van a cooperar en nada, son muy dueños; de lo suyo gastan y saben muy bien que con ellos, precisamente con ellos, se extremarán todas las precauciones. Y tal vez tengan razón, porque es necesario llamar la atención sobre la dramática situación que se soporta en los campamentos de refugiados saharauis, porque tenemos mucho trecho por delante para que nuestros conciudadanos se acerquen siquiera a la realidad del Sáhara. Pero tengo para mi que no es el momento de más brindis al sol.

Mis deseos para la pronta liberación de las dos españolas, Blanca Thiebaut y Montserrat Serra, cautivas en Somalia.

1 comentario:

Unknown dijo...

Se ha reforzado la seguridad en los Campamentos por parte de Argelia y de la misma RASD. Estuve con un grupo de jóvenes en el mes de Marzo y en todo momento tuvimos la impresión de estar perfectamente protegidos. Coches de protocolo y seguridad. Y muchísimos militares que estaban en las zonas liberadas están ahora en los Campamentos en diferentes perímetros de seguridad. Y esto lo sé seguro. Es más si hay alguien que se relaja por ejemplo permitiendo que los viajeros entren en las wilayas más tarde de las siete la bronca es de aúpa o bien quedan retenidos en el control de acceso hasta por la mañana.
Lo que me parece poco prudente es anunciar a bombo y platillo la fecha como me parecería poco prudente que los conductores supieran las rutas de antemano o que fueran hablando por el móvil. Hay unas mínimas precauciones que los viajeros debemos tomar en los Campamentos o en cualquier otro país.
De todos modos la decisión de evacuar a los cooperantes, a sueldo de la AECI en el caso que nos ocupa, tiene toda la pinta de responder a una contraprestación exigida por los servicios secretos marroquíes que se dedicaron a obstaculizar la liberación de los chicos. Los sacan de los Campamentos y no de Mali que es dónde según García-Margallo está el problema. ¿Van a recorrer 2000 Km cuando los tienen mucho más a mano?
El asunto daría para hablar largo y tendido pero la decisión del gobierno español nos parece arbitraria, exagerada y de cesión al chantaje marroquí.
Las preguntas inevitables: ¿Por qué se celebró el Fisahara? ¿Por qué se realizaron los viajes de Semana santa con toda normalidad? ¿Por qué el resto de países no han sacado a sus cooperantes?
Todo este asunto huele a podrido.
Un abrazo.