11 septiembre 2005

Salir al aire… saharaui


“Hay que salir al aire
dejando atrás el miedo,
sintiendo que podemos
llegar al mundo entero”

Hemos convertido el mensaje de José Hierro en canción y de esta forma, creo que el mensaje se refuerza. Pero ahora, tenemos que remangarnos y ponernos manos a la obra. Porque si no, nuestras palabras serán como pompas de jabón: hermosas pero de las que no queda nada en absoluto.

El pueblo saharaui defiende su legítimo derecho a recuperar su patria invadida hace ya 30 años. Y mientras -en el exilio de la hamada argelina- ha sido capaz de levantar un estado en medio de la nada más despiadada. Allí hemos visto sus humildes viviendas, sus escuelas y dispensarios, sus tiendas, sus centros de reunión, sus huertos y sus granjas… sus centros juveniles. Y hemos sido testigos de su lucha, pacífica y tenaz.

Quienes estamos comprometidos en la construcción de un Mundo mejor para todos, podemos prestarles una gran ayuda desde nuestra propia casa: podemos ser su voz. Debemos contar que hemos visto como jóvenes de allí son capaces de cooperar con jóvenes de aquí y superar las barreras culturales, religiosas y de toda índole

Aún recuerdo un amanecer en el Sáhara. Yo estaba caminando desde Hagunía hacia Angara porque necesitaba intimidad. El sol comenzaba a despuntar en el horizonte y en los ojos de cada uno de los saharauis con los que me crucé pude leer los versos de Blas de Otero:

“Podrán matarme,
Pero no morirme”

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